Autor: Jorge Salcedo – Consultor Internacional en Banca y Planificación Fiscal
Tener una LLC en Estados Unidos se ha convertido en una de las decisiones más comunes entre empresarios, profesionales independientes, inversionistas, traders, creadores de contenido y emprendedores digitales que buscan operar en dólares, acceder a plataformas financieras globales, cobrar a clientes internacionales y proteger su actividad económica frente a entornos fiscales cada vez más agresivos. Sin embargo, en la práctica profesional diaria, la realidad es clara y preocupante: la gran mayoría de las personas que hoy tienen una LLC activa no comprenden realmente cómo funciona su fiscalidad internacional.
Este desconocimiento no es un detalle menor. Es la raíz de errores graves que terminan costando dinero, tiempo, estrés, bloqueos bancarios y, en algunos casos, la pérdida completa de la estructura. Tener una LLC no significa automáticamente pagar menos impuestos, ni mucho menos estar exento de obligaciones fiscales. Una LLC no es un refugio fiscal por sí sola. Es una herramienta jurídica y fiscal que puede ser extraordinariamente eficiente cuando se utiliza correctamente, pero altamente peligrosa cuando se usa sin criterio, sin estrategia y sin comprensión del marco legal internacional.
Este artículo fue escrito para aclarar, de forma profunda, profesional y sin atajos, todo lo que debes saber sobre tu fiscalidad internacional si tienes —o estás pensando en tener— una LLC. El objetivo no es venderte una fantasía, sino darte claridad, orden y visión estratégica para que puedas operar con seguridad jurídica, eficiencia fiscal y sostenibilidad a largo plazo.
Uno de los primeros conceptos que debes entender es que una LLC no tiene una fiscalidad única. A diferencia de otras figuras societarias, la LLC es una entidad flexible, y su tratamiento fiscal depende de varios factores: quién es el propietario, cuántos socios tiene, dónde se generan los ingresos, desde dónde se presta el servicio, dónde se toman las decisiones y si existe o no presencia económica en Estados Unidos.
Por defecto, una LLC es considerada por la autoridad fiscal estadounidense como una entidad fiscalmente transparente. Esto significa que la empresa, como tal, no paga impuesto sobre la renta federal, sino que los resultados económicos se trasladan directamente a su propietario o propietarios. Si la LLC tiene un solo dueño, el fisco la trata como una entidad ignorada a efectos fiscales. Si tiene dos o más socios, se considera una sociedad. En ambos casos, el punto clave es el mismo: el impuesto no desaparece, simplemente se traslada.
Aquí es donde aparece uno de los errores conceptuales más peligrosos: confundir transparencia fiscal con exención fiscal. Transparente no significa invisible. Transparente no significa libre de obligaciones. Transparente significa que la responsabilidad fiscal recae en la persona que está detrás de la estructura.
El siguiente concepto crítico es el principio de fuente del ingreso. Estados Unidos grava a los no residentes únicamente por ingresos considerados de fuente estadounidense. Esta sola frase cambia por completo el análisis fiscal de una LLC. No importa tanto dónde está registrada la empresa, sino dónde se genera realmente el ingreso.
Si los servicios se prestan físicamente fuera de Estados Unidos, si la actividad económica ocurre fuera del territorio estadounidense y si no existe una presencia económica sustancial dentro del país, esos ingresos no son gravables a nivel federal en Estados Unidos. Por el contrario, si los servicios se prestan dentro de Estados Unidos, si existe personal, inventario, oficinas, almacenes, toma de decisiones operativas o actividad recurrente en territorio estadounidense, entonces el ingreso puede ser considerado de fuente estadounidense y quedar sujeto a imposición.
En la práctica, muchos empresarios cometen el error de abrir una LLC, abrir una cuenta bancaria y empezar a facturar sin analizar desde dónde están operando realmente. No revisan los contratos, no analizan dónde se presta el servicio, no documentan su operativa y no entienden cómo se determina la fuente del ingreso. El resultado es una estructura frágil que puede ser cuestionada en cualquier momento.
A esto se suma el concepto de nexo fiscal, conocido como tax nexus. El nexo fiscal no se limita a tener una oficina física. Puede generarse por múltiples factores: empleados, contratistas, inventario, almacenes, servidores, centros logísticos, decisiones clave tomadas desde Estados Unidos o incluso ciertos tipos de actividad digital. Cuando existe nexo fiscal, la LLC puede ser considerada como un negocio activo en Estados Unidos, lo que activa obligaciones fiscales formales, declaraciones más complejas, retenciones e incluso pagos de impuestos.
Desde el punto de vista práctico, una LLC de un solo miembro, propiedad de un no residente, no paga impuesto federal sobre la renta en Estados Unidos si no tiene ingresos de fuente estadounidense y no existe nexo fiscal. Sin embargo, esto no significa que no tenga obligaciones. Existen reportes informativos obligatorios ante el Internal Revenue Service, como el formulario 5472 acompañado de una declaración proforma, además de reportes estatales, mantenimiento corporativo y registros contables mínimos. No cumplir con estas obligaciones puede generar multas automáticas muy elevadas, incluso cuando no hay impuestos a pagar.
Otro error frecuente es creer que, si la LLC no paga impuestos en Estados Unidos, entonces no se pagan impuestos en ningún lado. Esta idea es completamente falsa y extremadamente peligrosa. La fiscalidad internacional no se analiza únicamente desde Estados Unidos. También debe analizarse desde el país de residencia fiscal del propietario. Muchos países aplican sistemas de renta mundial, donde los ingresos generados en el exterior deben ser declarados y, en algunos casos, tributados.
Aquí es importante aclarar algo fundamental: la residencia fiscal no depende de tu pasaporte. Depende de dónde resides habitualmente, dónde tienes tu centro de intereses económicos, dónde tomas las decisiones relevantes y dónde desarrollas tu vida personal y financiera. Este punto es especialmente crítico para empresarios digitales, traders, inversionistas en criptomonedas y profesionales que trabajan de forma remota.
En este contexto, Panamá ocupa un lugar estratégico cuando se habla de planificación fiscal internacional bien hecha. Panamá aplica un sistema de renta territorial, lo que significa que grava únicamente los ingresos generados dentro de su territorio. Los ingresos de fuente extranjera, correctamente estructurados y documentados, no están sujetos a imposición local. Esto permite integrar estructuras internacionales, banca sólida, protección patrimonial y eficiencia fiscal, siempre que se haga con criterio profesional.
Panamá no es un atajo ni una solución improvisada. Es una jurisdicción regulada, observada y cada vez más exigente en términos de cumplimiento. Bien utilizada, es una pieza poderosa dentro de una estructura internacional. Mal utilizada, genera fricción bancaria y riesgos innecesarios.
Un capítulo especial merece el uso de la LLC para operaciones con criptomonedas y trading en mercados financieros. Cada vez más empresarios utilizan LLC para operar en exchanges, custodios institucionales, plataformas de trading y mercados globales. Desde la óptica fiscal estadounidense, las criptomonedas son tratadas como propiedad. Cada operación puede generar una ganancia o una pérdida de capital. Sin embargo, nuevamente, la clave está en dónde se realiza la actividad, desde dónde se opera y si existe o no nexo con Estados Unidos.
Una LLC bien estructurada puede ser una herramienta eficiente para este tipo de operaciones, pero solo si existe coherencia entre la estructura legal, la operativa real, la contabilidad y la fiscalidad declarada. Utilizar una LLC como una billetera personal, sin registros, sin separación patrimonial y sin criterio fiscal, es una de las formas más rápidas de destruir una estructura internacional.
Otro punto crítico que muchos pasan por alto son las obligaciones formales que existen incluso cuando no hay impuestos a pagar. Reportes anuales, declaraciones informativas, mantenimiento corporativo, contabilidad básica y cumplimiento normativo no son opcionales. Son parte del costo de operar correctamente. Ignorarlos no genera ahorro, genera riesgo acumulado.
El error estratégico más común que veo es empezar por la cuenta bancaria. Muchos empresarios creen que el objetivo es abrir una cuenta en Estados Unidos, cuando en realidad la cuenta bancaria es solo una consecuencia de una estructura bien diseñada. El orden correcto siempre es el mismo: primero definir la residencia fiscal, luego analizar la fuente de los ingresos, después diseñar la estructura legal adecuada, integrar la banca internacional correcta, cumplir con las obligaciones fiscales, proteger el patrimonio y, finalmente, escalar el negocio con seguridad.
La LLC no es el tablero completo. Es una pieza dentro de una estrategia más amplia. Cuando esa estrategia está bien diseñada, el empresario obtiene previsibilidad, tranquilidad, acceso financiero y crecimiento sostenible. Cuando no lo está, el costo final siempre termina siendo mayor que cualquier supuesto ahorro inicial.
Tener una LLC sin entender su fiscalidad internacional es como conducir un vehículo de alto rendimiento sin conocer los frenos. Puede avanzar rápido durante un tiempo, pero el riesgo está siempre latente. La verdadera ventaja no está en la entidad, sino en cómo se integra dentro de una planificación fiscal, legal y patrimonial coherente.
Si has llegado hasta aquí, ya has dado un paso importante: informarte con criterio. El siguiente paso es revisar tu situación concreta, porque no existen soluciones genéricas. Cada estructura debe adaptarse a la realidad del empresario, a su residencia fiscal, a su tipo de ingresos y a sus objetivos de largo plazo.
Si tienes una LLC, estás pensando en crear una o no estás seguro de si tu estructura actual es correcta desde el punto de vista fiscal internacional, este es el momento de revisarla con criterio profesional. Haz clic en el botón que encontrarás al final de este artículo y agenda una cita personalizada. Analizaremos tu caso de forma confidencial, estratégica y alineada con tus objetivos reales de negocio y protección patrimonial.